La representación política de Eric Voegelin y el valor de la vejez
Podemos citar numerosos ejemplos de reconocidas personalidades mundiales que tuvieron grandes responsabilidades en su vejez. Valga mencionar a Mandela, Churchill, Konrad Adenauer o los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI o Francisco. Por otro lado, también es cierto que Jesús o Alejandro Magno no llegaron a la vejez. Parece difícil establecer un criterio uniforme pero numerosas culturas han destacado al concejo de ancianos como mediación entre el poder terrenal y lo trascendente o han buscado en ellos las reflexiones, consejos e ideas que solo la pausa y la experiencia pueden brindar, cuando la vejez se la asume virtuosamente.
Asi lo expresa Ciceron en boca de Catón: “como hemos oído decir de Platón, quien murió a los 81 años, cuando escribía un libro. Isócrates escribió a los 94 años el libro que tituló Panatenaicos y se sabe que vivió un quinquenio mas. Su maestro, Leontino Gorgias, cumplió 107 años y nunca cejó en su estudio ni en su trabajo. Cuando le preguntaron por que quería seguir viviendo, el contestó: “No tengo nada que reprochar a la vejez.” ¡Brillante y digna respuesta propia de un hombre docto!”
Asimismo, planteaba el personaje de Catón con interés de sus oyentes que “entre los Lacedemonios quienes gestionan las mas altas magistraturas son los (guérontes), los ancianos. Si queréis leer o escuchar historias de países extranjeros, encontraréis grandes estados arruinados por sus dirigentes jóvenes. Pero estos mismos estados fueron regenerados y sustentados por dirigentes ancianos…¿Por qué perdisteis tan deprisa vuestra gran república?” El poeta Nevio preguntaba esto en un poema: Y en primer lugar se respondía: “Iban llegando nuevos oradores, necios jovenzuelos.” La osadía es propia de la juventud, la prudencia, de la vejez.”
“Los insensatos acumulan en la vejez sus vicios y su culpa” . La idea de Cicerón resulta acertada pues no es la vejez es si misma la causa de los males que la pueden acechar sino la forma en que se ha vivido y que en esa etapa regresa como un karma.[1] Cicerón, Marco Tulio. Ob.Cit. Pag.10.
Sabemos que hay condiciones socioeconómicas que facilitan o impiden la satisfacción personal pero también ante esas circunstancias adversas tiene el sabio una respuesta y puede encontrar su lugar.
“Ni siquiera el sabio puede afrontar la vejez de manera llevadera en medio de la mas profunda indigencia, pero para el necio, aun en la suma abundancia, no deja de ser gravosa”
Dice Cicerón que “El ilustre Solón, dice él mismo en sus versos, que cada día que envejece aprende algo. Yo mismo, ya anciano, he estudiado griego y lo domino. Puse tanto empeño en ello que no hacía otra cosa día y noche que estudiar griego. Os cuento esto de mí para que os sirva de ejemplo. Cuando oí contar que Sócrates aprendió a tocar el arpa, ya anciano, quise hacer yo lo mismo y trabajé con ahínco en el aprendizaje de la lengua griega”[1][1] Cicerón, Marco Tulio. Ob.Cit. pag.14
Eric Voegelin, fallecido con 85 años mientras preparaba otra de sus obras, es uno de los filósofos y teólogos políticos mas importantes del siglo pasado. Alemán de nacimiento, estudió en Viena para luego emigrar a los Estados Unidos donde dictó clases en Stanford. Regresó a Munich mucho tiempo después y asumió la cátedra que por mucho tiempo había dejado vacante Max Weber, fundando el Geschwister Scholl Institut de Munich.
Voegelin ha destacado que los sabios, los filósofos y los teóricos tienen un rol en la Metaxy que habita el hombre entre el individuo y la sociedad, por un lado, y el cosmos y lo divino por otro. Cuando la vejez se asume con virtud se encarna en la sabiduría, y se filosofa y se hace teoría nutriendo al cuerpo de la humanidad de rumbos y criterios orientativos.
Voegelin distingue tres tipos de representación política. La elemental o institucional (sistemas políticos tradicionales), la existencial (propia de los estados y su relación como sociedades políticas con otros estados) y la representación transcendental (que es la que se da en relación con la verdad y la trascendencia).
El que habita la vejez no siempre puede asumir los roles en la representación institucional o existencial, aunque como mencionamos arriba hay muy buenos ejemplos de ello, pero sin lugar a dudas el sabio, filósofo o teórico puede “ejercer” de representante de la reflexión sobre la verdad entre el mundo inmanente y trascendente.
La representación trascendental en términos de Voegelin es la jerárquicamente superior y por ende admite que los sabios y los ancianos ocupen un lugar en ese “kosmion” que es la realidad.
Estas palabras han sido dedicadas en conmemoración por el cumpleaños 90 de Harald Holz, reconocido filosofo alemán. Con afecto, emoción y profunda admiración, no tanto por la cantidad de años vividos sino por la calidad de su tiempo existencial y su capacidad de amar.