Apenas unas horas después de la “Inauguration” del 46 Presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, escribí este artículo. Es importante esta aclaración porque nos permitirá ver la bisagra que esta inauguración implica y fundamentalmente lo que se simplifica como los dos Estados Unidos y la grieta existente.
Toda asunción de un nuevo presidente debe conmover, debe remover en el espectador una parte de sus pensamientos y valores para generar adhesión. Decía inteligentemente Freud que el “porvenir de toda gran ilusión es una desilusión”. Sin embargo, para Freud una “ilusión” no es una fantasía. Una fantasía es una “idea delirante” pero una “ilusión lleva implícito un deseo”. Opera como “creencia” pero “creencia deseante” al fin. Y esto es lo que motoriza la relación entre representante-representado. La existencia de una creencia que opera como deseo en el representado con la expectativa que el representante podrá cumplirla. Expectativa falsa por cierto porque nadie puede completar al otro o cumplir plenamente las expectativas del otro, simplemente, por ser otro.
En el caso de la asunción de Biden esta descripción opera perfectamente. Sabemos que Estados Unidos tiene intereses que necesita defender y un poder que necesita expandir para no perder el podio de la carrera global. Y esto va a mostrar en un momento a un Biden pragmático: los conflictos o guerras de las últimas décadas fueron liderados por presidentes tanto republicanos como demócratas. Ya llegará el momento del realismo político y de la agonalidad.
Sin embargo, señores, permítanme soñar. Uno también se alimenta de “creencias deseantes”.
La simbología de la asunción de Biden, así como su discurso han sido brillantes. Van en la sintonía de la unidad primero, de la idea del Papa Francisco (a quien Biden aprecia y conoce hace mucho tiempo) de que la “unidad está por encima del conflicto”. Pero en lo arquitectónico esa unidad pretende claramente diferenciarse de su antecesor firmando 17 decretos que van en una dirección muy clara: nueva asociación estratégica con Europa y sus países aliados, incorporación al Tratado de Paris sobre cambio climático, suspensión de la construcción del muro con México, nuevas iniciativas en materia social, de financiamiento educativo y de inmigración, reconocimiento de la Pandemia del Coronavirus como un problema que requiere inmediata atención por medio de recursos y reglas claras, etc., etc.
Se vuelve a una agenda de sentido común, marcada por el reconocimiento de los problemas reales y no por el énfasis en generarlos. Esa agenda es tan compleja que requerirá de todos los actores nacionales para solucionarla, así como la articulación con el mundo.En lo simbólico la asunción fue marcada por la tolerancia y adhesión al protocolo. El protocolo no es un ritual vacío, es la forma de reglar las conductas públicas en determinados momentos basadas en el respeto, la tolerancia y el reconocimiento del otro.
La puntualidad, la organización previa, la convivencia de ex presidentes con líderes de todos los partidos políticos por medio del protocolo les hacen ver a estas personas, con importantes egos por cierto, que hay límites y que aquellos con los cuales compiten no son tan distintos a ellos. Un signo de humanidad.
Por otro lado, las invocaciones religiosas de distintas creencias, la actuación de artistas reconocidos, la entonación del himno y la poesía pretendieron mostrar al Estados Unidos del ideal originario. La tierra prometida, el destino manifiesto, el lugar de los padres fundadores donde todos son iguales y son bienvenidos si vienen a aportar algo al conjunto, tierra de tolerancia y multiculturalismo.
Sin duda ese “ideal” estaba en crisis y vino un sujeto histórico (Trump) ha dinamitarlo.
Es la lógica consecuencia de esta etapa postmoderna, donde los ideales modernos están rotos y no podemos construir otros nuevos, etapa clara del “nihilismo pasivo” diría Nietzsche.
Pero, aunque así sea la etapa en la que vivimos está bien que se hay “encaminado” el discurso, generado un “relato” que tiene valores y creencias compartidas.
Veremos en la segunda parte cuales son los problemas y desafíos que enfrentará Estados Unidos en el próximo tiempo.