“Comprender el mundo” parece a todas luces una idea ambiciosa. Lo han intentado numerosos pensadores, místicos y hombres comunes a lo largo de la historia. ¿Quien no se ha planteado en algún momento esa inquietud?
Vivimos en una nave que llamamos Tierra y que gira alrededor de un centro de rayos radiactivos que llamamos Sol y que es el eje de un sistema giratorio que denominamos galaxia y que en 5.000 millones de años desaparecerá, así como nuestra nave y los seres que estén allí aún.
Somos migrantes celestiales en búsqueda de lo que no conocemos.
Sin embargo, la rutina cotidiana nos hace pensar que somos otra cosa. Que somos hombres y mujeres, de distinto sexo, países, colores, religiones y patrimonios, y esa construcción de identidades fragmentadas nos genera conflictos y pujas de poder.
El ciclo de la vida en la gran mayoría de los seres humanos (mamíferos bípedos con un cerebro relativamente desarrollado) es el lapso de tiempo entre una nada y otra, lo cual en si mismo no tiene nada de ocurrente. Excepto que en el medio de esas dos nadas simulemos que “vivimos” pero simplemente “duremos” en la prolongación de otra “nada” intermedia.
Así es que muchas vidas transcurren sin sentido ni orientación y así como reproducen diariamente el despertar, comer, trabajar, y dormir, también reproducen el nacer, educarse, enamorarse, conseguir un empleo, casarse, tener hijos, envejecer y morir.
Este ciclo no es algo cuestionable en si mismo. Por el contrario, puede hasta ser virtuoso si la vida se la asume “con arte”. Es decir, dándole a cada instante un sentido, una significación que parte de la auto-reflexión hacia la trascendencia.
Viejas preguntas sin respuestas que bien vale la pena preguntarse cada día: ¿Quién soy? ¿De donde vengo? ¿Adonde voy?
Cada uno intenta encontrar esas respuestas desde algún lugar, con algunas herramientas.
Mis herramientas por el momento han sido dos: La filosofía y la política internacional.
La filosofía como “ciencia primera” (como decían los griegos) que ante la angustia de la existencia o el asombro de la vida pretende tener un método para formularse preguntas y encontrar respuestas.
La política internacional como método de análisis de lo concreto que va pasando en el mundo, tanto en lo político, como en lo económico, social, financiero y cultural.
Desde estas dos perspectivas inauguro este blog para darme la posibilidad y el gusto de compartir con quien lo desee artículos, reflexiones, imágenes, etc. que no son ni mas ni menos que metáforas de aquello que llamamos vida.